jueves, 24 de enero de 2013

En el rancho...




Llega el paisano al rancho y le dice a su china: 

- “¡Desvístase, m’ija!”

La mujer, muy obediente, aunque algo asustada, se desviste.

Entonces el paisano comienza:

- “Dos ojitos, una naricita, una boquita, dos orejitas, dos tetitas, el "sapiroco", el culito y… dos piernitas. Listo, m’ija. Vístase nomás.”

Ella lo mira intrigada y le pregunta:

- “¿Acaso se volvió loco, mi negro?

- “No, m’ija” –responde el paisano y agrega:

- “Sólo estaba haciendo inventario. Lo que pasa es que andan diciendo por ahí que a usted se la están comiendo…”

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