jueves, 10 de enero de 2013

Sinonimia en la lengua de Cervantes



Un político, que estaba en plena campaña, llegó a un pueblo, se paró sobre un cajón e inició su discurso:
-¡Compatriotas, compañeros, amigos!
Nos encontramos aquí convocados, reunidos o arrejuntados, para debatir, tratar o discutir un tópico, tema o asunto trascendente, importante o de vida o muerte.
El tópico, tema o asunto
que hoy nos convoca, reúne o arrejunta,
es mi postulación, aspiración o candidatura
a la alcaldía de éste municipio.
De pronto una persona del público interrumpe, pide la palabra y le pregunta al candidato:
- ¿Oiga docto, por qué utiliza usted tres palabras para decir lo mismo?
-
Pues mire, caballero, parroquiano o vecino:
la primera palabra es para las personas con un nivel cultural muy alto, como poetas, escritores, filósofos, etc.
La segunda es para personas con un nivel cultural medio, como usted y la mayoría de los que están aquí hoy.
Y la tercera palabra es para las personas que tienen un nivel cultural bajo como por ejemplo, ese alcóholico, embriagado o borracho, que está allí, tirado en la esquina.

De inmediato, el borracho, se levanta y le dice:
 

- Postulante, aspirante o candidato...
¡hic! El hecho, circunstancia o razón de que me encuentre en un estado etílico, borracho o mejor dicho, piaooo...
hic! no implica, significa, o quiere decir, que mi nivel cultural sea ínfimo, bajo o jodío…
¡hic!. Y con todo el respeto, estima o cariño que usted se merece
¡hic!, puede ir agrupando, reuniendo o arrejuntando...
¡hic!, sus efectos, bártulos o cachivaches...
¡hic! y encaminarse, dirigirse o irse, derechito:
a casa de
la progenitora de sus días,
a la madre que lo llevó en su seno,
o a la puta que lo parió. 

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