viernes, 1 de marzo de 2013

La monja en el sanitario


Una monja, en necesidad de usar un sanitario, entra en un pub.
El local es bullicioso, con música alta y conversaciones de los parroquianos.

Sin embargo cuando los clientes vieron a la monja, el salón quedó en un silencio congelante.

La monja se dirige al cantinero y pregunta:
- "Podría utilizar su servicio higiénico?"

El cantinero le responde:

- "O.K. Pero deseo advertirle que allí hay una estatua de un hombre desnudo, cubierto solo con una hoja de parra, cuyo miembro viril parece muy real..."

- "Bueno, en ese caso miraré para otro lado", dice la monja.

Dicho eso, el cantinero le indica donde se encuentra el baño.

Después de algunos minutos, regresa la monja y recibe un muy caluroso aplauso.

Ella dirigiéndose al cantinero le dice:

- No entiendo, ¿por qué me aplauden si solo fui al servicio?

- Bueno, bueno... ¡Ellos saben que ahora usted es una de los nuestros!... ¿Le ofrezco un trago?

- ¡No, Gracias!... pero aun no logro comprender... - dice perpleja.

Riéndose el cantinero responde:
- Hermana, cada vez que alguien levanta la hoja de parra, se apagan todas las luces... Vamos, tómese el trago. 


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