sábado, 6 de abril de 2013

Mi esposa es brasileña


Un joven trabajaba en la sección de frutas y verduras de un supermercado.
Llega un señor de traje y le pide media lechuga.
El chico le pide que espere un poquito que tiene que consultar al jefe.
Llegado a la oficina del fondo donde estaba el jefe, le dice:
“Jefe, ahí hay un gilipollas que me pide media lechuga”.
Estaba apenas terminando de decir esto, cuando se dio cuenta que el mismo tipo estaba detrás de él, entonces añade...
“…y aquí este caballero ofrece comprar la otra mitad”, señalando al mismo señor
El jefe consintió la operación.
 
El chico despachó la media lechuga y el jefe lo llamó a la oficina de vuelta:
“Me di cuenta de que casi te metes en un follón, pero reaccionaste muy bien, pensando muy rápido, y eso nos gusta aquí. ¿De dónde eres?”
“De Brasil”.
“Ah, sí. ¿Y por qué te viniste a nuestro país?”
“No me encontraba bien, en Brasil hay solamente putas y jugadores de fútbol”.
“¡Mira tú! Mi esposa es brasileña”.
“¡No me diga! ¿Y en qué equipo jugaba? ...” 
 
 

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