viernes, 24 de agosto de 2012

Chistes cortos... para no variar



Una mujer va al dentista a regañadientes, y cuando el doctor le dice que va a tener que empastarle una muela, la mujer se niega a abrir la boca, así que el dentista la dice:
- Pero bueno, ¿y para qué viene a verme si no quiere que la haga nada?
- Vera, doctor, es que le tengo mucho miedo a los dentistas porque me hacen daño, casi preferiría tener un niño a tener un diente empastado.
- Pues decídase, porque tendré que ajustar la silla...

 
Uno va a una barbería y mandan al aprendiz que le afeite y le empieza a dar unos cortes que no te quiero contar, al cabo de un rato dice el cliente:
- Oiga, por favor, ¿no tendrá otra navaja?
- ¿Es que ésta no corta bien? 
- No hijo, si es para defenderme.

 
Era un señor que tenía unos gemelos, y uno de ellos era mudo. El señor estaba triste porque el niño no podía expresarse, por lo cual cuando ya estaba más crecidito lo llevó a otra ciudad para que lo operaran. Cuando iba en el avión una señora ancianita empezó a pellizcarle las mejillas al niño, haciéndole cariño, hasta que él se enojó y le dijo:
¡Vieja tonta!
El señor se alegró por el milagro de oír hablar a su hijo y llegando a la ciudad donde iba le envió un mensaje (vía Internet) a su esposa diciéndole:
¡Vieja, el niño habló!
La esposa le responde el mensaje diciéndole:
Viejo Tonto, te llevaste al que habla.

 
Un hombre que siempre que llega a casa borracho su mujer le pega, decide pedir consejo a un amigo:
"Eh, tío, tengo un problema".
"¿Qué pasa?"
"Pues que siempre que llego a casa borracho, mi mujer me pega. ¿Qué puedo hacer para que los vecinos no se enteren?"
"Haz lo que hacía un amigo mío: cada vez que te golpee, insúltala bien alto, así nadie se dará cuenta".
"¡Vale, suena bien, voy a emborracharme!"
A las 3 de la mañana llega el hombre, alcoholizado, a casa. La mujer le estaba esperando en el sofá y en cuanto éste abre la puerta de la casa, empieza a propinarle una paliza de mil demonios. Así que él empieza:
"¡Paff, eso por furcia!"
¡Poff, eso por irte con otro!"
La mujer lo coge, lo tira por la ventana y él grita:
"¡Y ahora me voy!"

 
Está una ratita sentada, aparece otra y le dice:
- ¿Qué haces aqui tan solita, ratita?
Y le contesta la otra:
- Nada, esperando un ratito...

 
Una señora quiere comprar un canario.
- ¿Cuánto vale?
- 10 euros.
- ¿Y la cacatúa?
- La caca mía no se vende.

 
Había un niño que jugando a la pelota se le salió un diente, y le preguntó a su madre:
Mamá mamá se me salió un diente, ¿Qué hago?
Y en esto la madre le contesta:
Déjalo debajo de tu almohada y el ratoncito de los dientes te dará algo.
El niño eso hizo, y el día siguiente su mamá le preguntó:
¿Y qué te trajo el ratoncito?
Y el niño le responde:
Nada, me dejó un papelito que decía, "sigue participando".



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