lunes, 14 de junio de 2010

Ironía laboral


Un ginecólogo aguarda a su última paciente, que no llega. Después de 45 min., suponiendo que no vendrá resuelve tomarse un gin tonic para relajarse antes de volver para su casa. Se instala confortablemente en un sillón y cuando comienza a leer el periódico, llaman a la puerta.

Era su paciente, que llega apurada y pide disculpas por el retraso.
- No tiene importancia, responde el médico. Estaba tomando un gin tonic, esperando para irme a casa, ¿quiere uno para relajarse?
- Acepto con placer... responde la paciente, aliviada.

El le sirve una copa y se sienta frente a ella para conversar.
De repente se escucha una llave en la puerta de entrada al consultorio.
El médico, sobresaltado, se levanta y dice:
- ¡¡¡Mi mujer!!!... ¡Rápido, quítese la ropa y abra las piernas...!

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